ORTODONCIA MÉDICA : ¿Por qué? ¿Para qué?

No es por casualidad que los pioneros de la ortodoncia americana, con EH Angle a la cabeza, y de la Escuela Funcionalista Europea fueran médicos. Siempre he mantenido que nuestra especialidad, una de las más antiguas de las ciencias de la salud, tiene el sambenito de su palmario desconocimiento, no ya por el público general, sino por los propios dentistas. En un momento donde distintas especialidades médicas parecen estar redescubriendo los efectos de nuestras terapias sobre la salud, el crecimiento y el desarrollo dentofacial de los individuos (efecto de la disyunción rápida maxilar en el niño y el adulto, RME y MARPE, sobre la respiración y la permeabilidad de las vías aéreas superiores o el papel de la epigenética (Matriz Funcional de Melvin Moss y Servosistema de A Petrovic) sobre el desarrollo mandibular, modificando el medio ambiente muscular del conocido como Corredor de Tomes (teoría del Equilibrio de WR Proffit), la propia Ortodoncia, al menos una gran mayoría de los especialistas, parecen tomar, inexplicablemente, los derroteros marcados por las grandes compañías de alineadores.
Los alineadores representan el futuro de la Ortodoncia, pero no todo su futuro; son un sistema altamente tecnológico que ha aportado mucho a nuestra terapia y ha posibilitado el tratamiento de miles de adultos que, de otra manera, no se hubieran tratado de ortodoncia por rehusar los brackets y los sistemas más tradicionales.
Me gustan, me encantan, los alineadores y su horizonte será ilimitado por la progresiva mejora de los programas de inteligencia artificial, los polímeros con memoria de forma y su indudable aceptación por los pacientes. Creo que tan fulgurante éxito a forzado a las compañías a meterse en camisas de once varas al buscar soluciones ortopédicas (avance de la mandíbula y expansiones maxilares en niños) cuestionables que exceden su etimología (alinear los dientes). No pocas clínicas han prescindido de su ortodoncista y hacen pasar por el embudo de los alineadores todos sus tratamientos, desterrando los sistemas ortodóncicos más clásicos.
Creo que se ha creado una especie de círculo vicioso donde muchos profesionales, sin conocimientos de ortodoncia, han visto funcionar (según ellos) muy bien estos tratamientos, lo que les ha hecho cuestionarse la necesidad de tener un especialista en su consulta e, inconscientemente, pensar que la ortodoncia no tenía la dificultad que otrora creían. Todo se reduce a qué objetivos terapéuticos se marca el dentista general (muy centrado en el alineamiento y apariencia de los conocidos como social-six, los dientes más importantes estéticamente en la sonrisa) o el especialista. Muchos dentistas tienen como parámetro de referencia la satisfacción del paciente, nada más, y eso creo minusvalora lo que la ortodoncia (de verdad) puede hacer por el paciente. Es cierto que los ortodoncistas hemos pecado de buscar la quintaesencia, el santo grial de la oclusión y la mejor función, que nos obsesionamos con no conseguir la Clase I perfecta o el milimétrico centrado de las líneas medias, y, por tanto, todo se reduce a una cuestión de matices.
Otro aspecto que me parece importante afecta al progreso de aquella ortodoncia que cae fuera de la esfera de los alineadores; al dar a estos el papel protagonista, muchos compañeros se han olvidado de las increíbles mejoras tecnológicas que han experimentado el diseño de brackets, las nuevas aleaciones y los nuevos aparatos ortopédicos sinterizados y/o de diseño digital. Es más, me llama la atención como en muchas clínicas, la sofisticada tecnología de los alineadores se compatibiliza con brackets y alambres low-cost de dudosa procedencia y cuestionable calidad. En resumen, que los progresos en los alineadores han de ir acompañados de la mejora tecnológica en el resto de nuestro armamentario terapéutico.
Llevo más de treinta años como profesor y he formado, con mayor o menor fortuna, a muchos especialistas de España y el extranjero, tratando siempre de compatibilizar mis dos profesiones (la de ortodoncista clínico y la de profesor-investigador). El resplandor de los alineadores parece haber cegado a muchos jóvenes que, como los dentistas generales, creen que la solución a las demandas y maloclusiones de sus pacientes se encuentra en hacer unos cuantos registros y un escáner que enviar al planificador de turno. De esta idea se deriva que hacer un postgrado de tres años o estudiar las bases anatomofisiologías del movimiento dentario o la ortopedia dentofacial (por no hablar del diagnóstico, el plan de tratamiento o la biomecánica) es una pérdida de tiempo. Esta realidad la podemos palpar en los congresos de la especialidad, más en España que el extranjero, donde los jóvenes ortodoncistas creen saber ortodoncia simplemente por el número de pacientes que tratan con alineadores. Otra prueba de esto está en la actual formación y capacitación de los profesores, no ya solo en las universidades españolas, sino de todo el mundo.
Para complicar más este panorama, y precisamente por ello, están apareciendo antiguas escuelas pseudocientíficas, y un poco esotéricas, que bajo los epígrafes más chocantes (ortodoncia holística, ortodoncia neurofocal, rehabilitación neurofuncional o neurooclusal) actualizan ideas, cuando no disparates, que la evidencia científica había desterrado hace años, dando a sus supuestos aparatos unas virtudes casi mágicas a la hora de cambiar la oclusión y el crecimiento craneofacial de los pacientes. Esto, lo digo con la mayor humildad y cariño hacia alguna de estas escuelas, es un síntoma de la pésima formación de muchos de los nuevos ortodoncistas cuyo desconocimiento de la verdadera ortodoncia les hace tragar con ruedas de molino. Nunca, y en esto incluyo a muchos de los payasos que se han erigido como líderes del universo plástico, en la ortodoncia española se ha visto a tantos vendiendo humo, con la anuencia y aplauso de una mayoría donde el brillo del metal conseguido con los alineadores le ha creado el espejismo de ser grandes ortodoncistas. Como es lógico, ninguno de estos “nuevos ricos” de la ortodoncia (con minúsculas), aguanta un asalto cuando le preguntamos por el ABC de nuestra especialidad.
¿Qué han hecho los ortodoncistas de toda la vida, los de buena formación, los de mi generación? Pues simplemente retirase a sus cuarteles de invierno, han ido a uno o dos congresos y viendo el percal de los asistentes han huido pensando que su tiempo ya había pasado y que había que dejar paso a las nuevas generaciones; craso error. Mi objetivo como profesor es formar a las nuevas generaciones de ortodoncistas e intentar que estos tengan éxito clínico (buenas consultas en el centro de la ciudad y con muchos pacientes) y que me superen en conocimientos y resultados clínicos. El éxito de la mayoría de mis exalumnos y residentes es innegable y espero que San Pedro lo tenga en cuenta cuando me encuentre con él. Lo segundo, su formación y lo que puedan aportar a la historia de nuestra especialidad, aún está por ver.
Por eso surge este blog, para que, con toda humildad, estimular a que los compañeros y futuros ortodoncistas, abran el diafragma de su visión de la Ortodoncia, que no se centren solo en la cosmética ortodóncica sino que entiendan, y lo difundan como verdaderos misioneros, entre los dentistas, los médicos y la población general, que hay un mundo más allá de los alineadores para mejorar la salud de la población. Este objetivo, tan sencillo como ambicioso, es el camino donde quiero me acompañéis; nuestros pacientes se lo merecen.

Una respuesta a “ORTODONCIA MÉDICA : ¿Por qué? ¿Para qué?”

  1. Avatar de Bernardo Gliserio Ochoa Fernández
    Bernardo Gliserio Ochoa Fernández

    Excelente y tienes toda la razón.Lamentablemente es al mundo en que nos enfrentamos los docentes que ya peinamos canas.Cuesta mucho trabajo lograr un cambio de mentalidad pues muchos piensan que todo lo antiguo y clásico es malo o desactualizado , es todo lo contrario .Las bases de todo lo bueno y eficiente de la Ortodoncia moderna está en los estudios de los clásicos.Pedagógicamente lo he llamado resistencia al aprendisaje y al cambio.Creo recordar algo que mencionaste hace muchos años donde decías,¡todo aquel que se crea que en el momento actual ha inventado algo nuevo es porque le falta estudiar Ortodoncia!.Un gran abrazo y hacia adelante maestro.Gracias por seguir rescatando la Ortodoncia eficiente y tratar de apartarla de la ortodoncia populista en manos de pega brackets convencionales y de plásticos sin sentido terapeútico.Un gran abrazo.

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